Compartimos un texto del libro del multimillonario T. Harv Eker:
¿Has oído hablar de personas que se han «colapsado» económicamente?
¿
has
dado cuenta de que hay gente que tiene mucho dinero y después lo
pierde, o que tienen excelentes oportunidades y empiezan bien, pero
después las desaprovechan y terminan hundiéndose?
Ahora ya sabes la
verdadera causa. Visto desde fuera puede parecer mala suerte, una
coyuntura económica negativa, un socio pésimo, lo que sea. Sin embargo,
por dentro es otro asunto. Por eso, si entraras en contacto con
cantidades de dinero importantes sin estar mentalmente preparado para
ello, lo más probable es que la riqueza te durase poco y que finalmente
terminaras perdiéndola.
La inmensa mayoría de la gente sencillamente no posee la capacidad
interna necesaria para crear y conservar grandes sumas de dinero, ni
para afrontar el mayor número de retos que acompaña siempre al hecho de
tener más dinero y más éxito. Ésa, amigos míos, es la principal razón
por la que no tienen más dinero.
Un ejemplo perfecto son los que ganan la lotería. Las investigaciones
han demostrado una y otra vez que, independientemente del tamaño de sus
ganancias, la mayoría de las personas que ganan en la lotería al final
acaban volviendo a su estado económico original, es decir, a la
situación que les resulta cómodo manejar.
Por otro lado, a los millonarios que se han hecho a sí mismos les
sucede justo lo contrario. Fíjate en que cuando pierden su dinero,
generalmente lo recuperan en un tiempo relativamente corto. Donald Trump
es un buen ejemplo: Trump tenía una cuantiosa fortuna, miles de
millones de dólares. Luego, de pronto, lo perdió todo. Sin embargo, un
par de años más tarde, había recuperado su fortuna, e incluso la había
incrementado.
¿Por qué se da este fenómeno? Porque, aun cuando algunos millonarios
de los que se han hecho a sí mismos puedan perder su dinero, se trata de su mente
«multimillonaria».
¿Te das cuenta de que Donald Trump jamás podria pierder el ingrediente más importante de su éxito: su mente millonaria.
Por supuesto, en el «cía ser
simplemente millonario?
Si poseyese una fortuna neta de sólo unos millones de dólares, ¿cómo
crees que se sentiría con respecto a su prosperidad económica? La
mayoría de vosotros coincidirá en que probablemente se sentiría
arruinado, ¡se sentiría como un fracaso total!
Eso es porque el «termostato» financiero de
Donald Trump está puesto en la posición de los miles de millones, no
en la de los millones. Los termostatos financieros de la mayoría de las
personas están puestos para generar miles, no millones de dólares; los
de algunas personas lo están para generar cientos, ni siquiera miles, y
los de otras, en la posición de bajo cero: se encuentran completamente
congelados ¡y no tienen la más mínima idea de por qué!
La realidad es que la mayor parte de la gente no alcanza su pleno
potencial. La mayoría de las personas no son prósperas. Las
investigaciones demuestran que el 80% de los individuos jamás
disfrutarán de la libertad económica que les gustaría poseer, y también
que el 80% ni siquiera pretenderán ser verdaderamente felices.
La razón es sencilla: la mayoría de la gente es inconsciente. Van un
poco como dormidos al volante. Trabajan y piensan a un nivel superficial
de la vida, basándose tan sólo en lo que ven. Viven estrictamente en el
mundo visible.
Las raíces crean los frutos
Imagínate un árbol. Supongamos que representa al árbol de la vida. En
él hay frutos. En la vida a nuestros frutos se los denomina nuestros
«resultados». Pero miramos los frutos (nuestros resultados) y no nos
gustan: no hay suficientes, son demasiado pequeños o no saben bien.
Entonces, ¿qué tenemos tendencia a hacer? La mayoría de nosotros pone
aún más atención y concentración en los frutos, en los resultados.
Pero ¿qué es lo que en realidad crea esos frutos concretos? Lo que crea
esos frutos son las semillas y las raíces.
Es lo que hay
bajo el suelo lo que crea aquello que está por encima de él. Lo que
no se ve es lo que crea lo que
se ve. Y
eso ¿qué significa? Significa que si quieres cambiar los frutos
tendrás que modificar primero las raíces. Si quieres cambiar lo visible,
antes deberás transformar lo invisible.
PRINCIPIO DE RIQUEZA:
Si quieres cambiar los frutos,
tendrás que modificar primero las raíces.
Si quieres cambiar lo visible,
antes deberás transformar lo invisible.
Muchos dicen que sólo viendo creen. La pregunta que yo tengo para esa
gente es: «¿Por qué te molestas en pagar la cuenta de la luz?». Aunque
no puedas ver la electricidad sí puedes seguramente reconocer y utilizar
su potencia. Si tienes cualquier duda de su existencia, mete el dedo en
un enchufe y te garantizo que tus dudas se desvanecerán rápidamente.
Según mi experiencia, lo que no puedes ver de este mundo es muchísimo
más poderoso que cualquier cosa que puedas ver. Estarás de acuerdo o no
con esta afirmación, pero en la medida en que no apliques este
principio en tu vida, tendrás problemas. ¿Por qué? Porque estás yendo
en contra de las leyes de la naturaleza, según las cuales lo que hay
debajo del suelo crea lo que está por encima de él, lo invisible crea lo
visible.
Como seres humanos, formamos parte de la naturaleza, no estamos por
encima de ella. Por consiguiente, cuando nos alineamos con sus leyes y
trabajamos en nuestras raíces —nuestro mundo «interior»—, nuestra vida
fluye suavemente. Cuando no lo hacemos, la vida se complica.
En todos los bosques, en todas las granjas, en todos los huertos de
la tierra, es lo que se encuentra bajo el suelo lo que crea aquello que
hay por encima de él. Por eso es inútil que pongas la atención en los
frutos que ya has cultivado: no puedes cambiar los que cuelgan del
árbol. Sin embargo, sí puedes cambiar los frutos del mañana. Pero, para
hacerlo, tendrás que cavar debajo del suelo y fortalecer las raíces.